El doctor metió aún más sus manos en los bolsillos:
-El miedo que los hombres nos tenemos unos a otros nos lleva a crear Estados, von Schwendi -prosiguió en voz baja-, a rodearnos de guardianes de todo tipo, de policías, de soldados, de una opinión pública; pero ¿de qué nos sirve? (Dürrenmatt, p. 148)
El miedo moderno como raíz inconfesada (?), inconfesable (?) del platonismo antiguo. Será verdad que la historia de la metafísica (la técnica y la política también pertenecen a esa región) despliega las posibilidades contenidas en los albores del logos. Aunque este vino mucho después, casi diez mil años, de que se planificaran aldeas, y mucho también después de que alguien expresara la necesidad de dejar constancia por escrito.
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