La Palabra del Padre, el silencio de los padres, nos contamos estas verdades incómodas y a contracorriente. Un mundo se quiebra de repente y no hay redes en las que caer. Sucede en las novelas, pero porque sucede en nuestras existencias y luego pasa a las conversaciones. Es una brecha de luz en el desconocimiento. Yo no sé decir bien esta verdad que intuyo de una cuerda tendida hacia el tiempo que se corta y nos obliga a nosotros, a ellos, a seguir. Pero quien lanza su cuerda, esa es su condena de amor, ya sabe que es un futuro pasado y debe registrarlo delante de notario. Ha comprendido un destino que no empezó él. ¿Es ese el sentido de la Palabra del primer Padre?
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