Contra la Cultura, vetusta dueña clerical,
Alzamos el sagrado derecho del pobre,
Auspiciado al pensamiento en islas solitarias.
Serán sus únicas riquezas estas olas del ánimo que llevan y traen ideas en alas de un espíritu ausente.
Débil y mortal mendiga y no sabe a quién. No está hecho su carácter para excesos de ebriedad.
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