22 de junio de 2020

Trinidad del Santo Camino comprende el verdadero acto retórico como infundido e imbuido ex nihilo en el substante psíquico (sic). Al parco discipulado no le parece sencillo seguir los derroteros de su guadianesco y crispado logos sapiencial. En particular cuando les recuerda a Jorge de Burgos (que era un cura castellano del que se hicieron eco en un relato de rosas y de sangre, y algo pariente de otro orador argentino) y su inquina libresca. O el nous viene de sí, y acompaña el aserto con su mano entera, o no es más otra cosa que pedantesca e irreflexiva grafolectura, y ahora el gesto de la mano traza en el aire cálido de junio en el sur la marca o señal del desprecio (aparta de mi...).

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