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17 de junio de 2020
Cornelius Godell-Frappel, de origen catalán y que por motivos de trabajo debió marchar al sur, habitó largo tiempo en una amplia casona que daba a la Plaza Grande de la villa de Cela. A través del laberinto de habitaciones y escaleras, Godell-Frappell soñaba ganar el cielo y sus certezas. Luego podría recordar con cariño, agradecido a la construcción, sin amarguras por la dificultad de los pasos. Pero de momento le podía la inquietud: si aquellas revueltas y giros, la impresión de que había salas que se repetían y otras que no parecían venir de ninguna parte, si todo eso no era un aviso de la debilidad de la cimentación, y que al cabo soñara creyendo tener un sueño.
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