...es absurdo blandir el epíteto de "fascistas" como un revólver bajo la nariz de los adversarios de uno. Era ya absurdo en los años 30, cuando los comunistas trataron a liberales, conservadores y socialdemócratas de fascistas; así fue, recuerda Nolte, como crearon las condiciones para la toma del poder por parte de los verdaderos fascistas. (G. Sorman, 1991)
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