Los días de diciembre nos traen un sol frío, fuera de tiempo y de orden.
En la cafetería de la esquina una pareja de jóvenes -sobre el hecho es difícil que se equivoquen los testigos- tienen miedo: máscara y sorbo de café, y otra vez máscara,
con alternancia exacta de metrónomo gubernamental.
(Las cucharillas de metal contra los vasos de cristal dan la nota y regulan el paso de los gestos. No encontrarás un reloj mejor esta mañana de invierno recién llegado.)
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