En la puerta de la cafetería, un hombre se afana con la rasqueta. Ha helado esta noche pasada y no debe saber o no tiene a mano el cubo de agua que es mucho más eficaz para estos menesteres. Cuando veo la rasqueta, el empeño que le pone, pienso en crímenes absurdos, en deudas contraídas y en una tierra despoblada e inmensa donde los dioses se han retirado del cuidado de los seres humanos. (A tanto han llegado los mitos y el arco temporal que tienden con el star system.)
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
30 de diciembre de 2020
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