El libro terminaría siendo uno de los más vendidos de la historia de la editorial. “En 1982, meses después de su lanzamiento”, recuerda Herralde, “sucedió un fenómeno increíble en las playas de España. Había miles de personas en bañador leyendo este libro y partiéndose de risa”. (El País)Me temo que pasó igual que con El nombre de la rosa, otro de los best-sellers de culto de inicios de los 80: que muchos fueron los lectores y no tantos los entendedores.
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
6 de febrero de 2016
Una modesta opinión basada en recuerdos
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