La técnica multiplica la presencia: la escritura fija la voz, y la imprenta incrementa exponencialmente esta permanencia del lenguaje. La fotografía primero y el cine después realizan lo mismo con la imagen. No tenemos ninguna imagen fotográfica de ninguna persona antes de ¿mil ochocientos treinta y tantos? Por otra parte: se puede creer que la imprenta debió ser una invención bastante evidente, una posibilidad que pudo ser desarrollada bastante antes. Lo fue en China, ¿por qué no en otros lugares?
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Estas gentes bárbaras, prehistóricas, sin restos textuales, vivieron en ciudades, organizaron sociedades complejas, altamente desigualitarias, y fabricaron útiles y joyas magníficas. Pero no nos han dejado pinturas ni obras arquitectónicas de relieve. Sospechamos, dado su nivel de organización socioeconómica, que debieron fijar o registrar de algún modo sus normas o su contabilidad, pero que el soporte de esa escritura no ha llegado hasta nosotros, quizás por ser un material frágil, perecedero.. La necesidad demanda la invención, crea la función, lo mismo en el caso de las herramientas materiales que las abstractas. Aparece en primer lugar la forma y solo más tarde la materia idónea permite la plasmación adecuada, feliz..
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