Fusión de conceptos: un apartheid geopolitico, la admisión de una proporción admisible de libertad y (des)igualdad, rawlsiana, en el ámbito de nuestras burbujas occidentales, occidentalizantes, complementado ese ámbito nuestro tan querido con el otro, el exterior, de esclavitud, explotación, ignominias sin fin. Que el rey está desnudo, la trampa del fin neoliberal de la historia, plásmase con transparente figura cuando el muro separador entre nuestras playas y las de ellos, y ahora ya no hablo de Sudáfrica, se erige domésticamente en nuestras naciones-estado. Competitividad, productividad... ulula el viento del tiempo con atroz fuerza contra oídos que pretenden inútilmente cerrarse.
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