22 de septiembre de 2015

Reflexiones desde la ebriedad (poema oportunista en prosa en torno al 27S)

Yo creo que no se le puede negar cierta astucia al nacionalismo catalán, en el hecho de haber buscado un momento de deslegitimación del gobierno nacional o desapego de la ciudadanía hacia unas medidas políticas, las del gobierno de Rajoy, que parecieron desde el principio romper un consenso digamos que vagamente socialdemócrata, por muy light o centrista que fuera, vigente entre nosotros, más o menos explícito, desde el final del régimen franquista en 1975. Ser un servidor fiel de los mercados arrastra, como pecado, estas consecuencias de anomia o desinterés o qué se yo. De esto no parece haber cobrado cuenta la derecha española desde el año 2011. Pues sí, lo tuvieron fácil después del nefasto precedente del poeta de las nubes. En lugar de eso, han dilapìdado el crédito en torno a un consenso constitucional de mínimos. No me parece raro que los denostados, muchas veces con razón, no todas, partidos antisistema hayan coincido en el tiempo con la fuga hacia adelante del nacionalismo. Cuestión de conglomerados o contextos. De épocas, tránsito, crisis. ???

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