podrían emprenderse muchas redacciones escolares,
todas ellas injustas con los que no tienen la palabra a mano,
porque no queremos ser guardianes voraces de su silencio...
No lo queremos y no lo pretendamos,
No lo queremos y no lo pretendamos,
trasladar esta objetividad de nubes y frescura,
de tormentas burlonas y sol con timideces.
Esa es mi impresión aquí, no la tuya
-tan distintos son los cielos-,
menos aún la de ellos,
-tan distintos son los cielos-,
menos aún la de ellos,
ingenuos y niños, sin voz,
porque su alma es demasiado joven,
porque su alma es demasiado joven,
vienen con la memoria despoblada porque han bebido
-hace nada- el agua.
La risa del tiempo, clima y reloj -espada y guante-,
está cifrando siempre el círculo de las primaveras.
La risa del tiempo, clima y reloj -espada y guante-,
está cifrando siempre el círculo de las primaveras.
(Serán los niños los ancestros,
con el rostro cambiado por el olvido.)
con el rostro cambiado por el olvido.)
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