Con qué claridad se habla a veces de lo oscuro,
Trazando sus límites en el agua...
Antes hablaba así, hace años o milenios,
Aquellas veces que sí, que me entretenía en escribir a manotazos en el aire, o en realizar mi particular oficio de difuntos o de culpa.
Quizás me equivoque, y lo que de verdad hacía era envolver en sombras la luz, burlar lo único necesario y huir a ningún sitio.
Nada importa al fin, el fin, cuando el número es cifra de cero y hasta el agua renuncia a tu letra y el aire a tu mano.
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