¿Qué rara vinculación habrá entre las compañías de seguros y la tentación poética?
La previsión invita a la visión del presente,
la falta de certezas al recogimiento de lo que se muestra,
al otro lado de la ventana y en el interior tras la mirada.
Llega la noche y un silencio que retumba, pleno, se adueña del mundo exterior, el deseado,
Pero no queda más noche
que estas luces de artificio,
breves, puntuando el vacío.
El mundo que yo deseo,
el de la costumbre de medio siglo,
está roto para siempre,
quedan las señales,
el humo de aquellos días,
invividos, ahora me culpo.
Un niño llora, aquí,
muy cerca, ajeno al día y hora,
otros juegan, quizás el rescoldo,
el fuego incipiente de la obligada memoria,
canto de las postrimerías,
venido de los diluvios domésticos.
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