El objeto privado no tiene su esencia en su ser propiedad de alguien, sino en ese alguien como privado, particular, diferenciado del Estado. No lo determina su relación de alteridad, como algo accidental, lo determina el sujeto. Su existencia no radica en el tránsito, sino en el final.
Sol: El teléfono móvil, pasado por Hegel mal com-prendido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario