Supongamos que uno de nosotros sea creado de golpe, y perfecto. Pero sus ojos están velados y no pueden ver las cosas exteriores. Ha sido creado planeando en el aire, mejor aún, en el vacío, de modo que no sufriera el choque de la resistencia al aire. Sus extremidades están separadas, no se encuentran ni se tocan. Reflexiona y se pregunta si su existencia está probada. Sin tener ninguna duda, afirmaría que existe: aunque ello no pruebe ni sus manos, ni sus pies, ni la médula de sus vísceras, ni su corazón, ni su cerebro, ni ninguna cosa exterior, afirmaría que existe, sin establecer si tiene una longitud, una anchura, una profundidad... (Avicena; citado por U. Eco en Kant y el ornitorrinco, que me parece que también cita -el autor italiano, no el ornitorrinco)
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
12 de diciembre de 2015
Anticipaciones cartesianas
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