7 de abril de 2012

W. B.


Es una idea interesante: la pérdida del aura artística, de la unicidad de la obra (aunque sea una fotografía) capaz de devolverte la mirada, ligada a la condición transeúnte de las personas en la urbe moderna. El hombre de la muchedumbre de Poe*, una no-persona habitando un no-lugar. O sea, no-habitando.

*Pero también Wordsworth, 50 años antes que Baudelaire, leo en Coetzee, Mecanismos internos, pp. 72-73.

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