29 de diciembre de 2007

Suddenly...

... , un acontecimiento hace precipitar o cristalizar la doxa, el sistema de la "correspondencia" entre curiosidad e información que ha terminado por sustituir a la metafísica (aristotélica): una vez que el mundo de la publicidad (el mundo que es creado por y que existe para la difusión masiva) se ha impuesto a la intención ilustrada de una opinión pública, en tanto verdad universalizada (en principio, según la comunidad de la bona mens cartesiana; después se trató de una verdad universalizable, ideal)---


Como en el sabio griego, de manera similar al sabio griego (dicho de forma más humilde, como corresponde), la inscripción lógica en el sentido o sentidos de ser tendrá que ir de la mano con una promesa de autorrealización: esa gracia del círculo que hace consistir la beatitud en el examen racional del asombro, en su parcelación o domesticación, con el fin de habitarlo mejor y poder seguir desenvolviéndose entre su maravillosa selva abstracta (con el fin de conservar la admiración "sagrada" de los olvidados orígenes); esa gracia del anillo que se inicia en el estudio y consigue concluir días, años y experiencias después sobrevenidas que es ésta la vida que merece la pena, y que la decisión no fue errónea---


Con los noticieros sucede de una forma similar: es verdad. Pero la difusión de la tragedia, su condición de magno drama, puede diluirse al cabo de unas horas o unos días, a la espera de nuevas noticias (las news o nuevas que convienen a los modernos, seguidores de la moda)---


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El DRAE (21ª ed.) se ha olvidado de la verdad filosófica: perdida entre la generalidad del lenguaje (el habla social) y la especialización matemática (rigor, exactitud). A mí (un arbitrario) me gusta la acepción nº 7: porque no lleva a ningún sitio, desanda los caminos igual que en el método dialéctico heraclíteo (frg. 60)---


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Roland Barthes lo señala en su extraordinaria autobiografía (p. 159, ed. Kairós, 1978; ahora en Paidós).

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