Hay una escena memorable en la vida de Franz Jägerstätter, que Terrence Malick recoge en su película Una vida oculta. Detenido y torturado por los nazis, sus verdugos le propusieron que firmase el documento de afiliación al partido. «¿Por qué debería hacerlo?», preguntó desafiante el campesino austríaco. «Porque si firmas, serás un hombre libre», le replicaron. «Yo ya soy un hombre libre», contestó Jägerstätter. Es una respuesta que derriba muros y se aferra a la conciencia propia: no hay libertad desligada de la verdad. No la hay, porque la expresión lógica de su libertad –de nuestra libertad– es el hecho de que la conciencia personal no se vea silenciada. (D. Capó, en The Objective)
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
25 de septiembre de 2021
Hemerotecas
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