Una impresión: Spengler, pura jerga enloquecida, una farfolla verbal voluntariosa y a palos... (Tras todo lo cual, y de ningún modo "más allá", resta en la conciencia la pringosa proposición de que el único punto de vista absoluto es el del
germanote que anuncia al mundo el relativismo universal, con la excepción de su persona, dios y moisés y tablas en même temps.)
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