Descartes pidió a los lectores de su método quemar los libros antiguos. Los vanguardistas también quisieron destruir todo lo anterior. Si lo mío es lo nuevo o lo mío es la verdad (la Biblia, el Corán) ¿para qué existe el resto? (L. A. de Villena, 2004, en torno a un libro sobre la destrucción de libros de F. Báez)
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