27 de mayo de 2015

(Prólogos) ... quod nihil potest. Ni la inteligencia ni la experiencia, ni sueltas ni conjugadas. De esa misma incapacidad humana, así lo promulga el escéptico radical, no se salva la palabra, lo más humano, que sostendría un hipotético argumento logológico en torno al ser del hombre..

Podría ocurrir lo contrario, así lo esperamos y fingimos creerlo: pero el amor y la conciencia de la finitud, formas diversas del ser para otro, para la carne y para la diferencia radical que instaura la muerte, avanzada en la conciencia, no exoneran de la mezquindad a los vivientes humanos. El amor es ya la primera excomunión.

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