El mundo cuando empieza o cuando acaba: eso -un pensamiento al azar, que aparece entre un bosque ralo de palabras- ocurre al entrar en el edificio, no sé si este o el otro, y acogerte al lenguaje del espejo y la piedra ornamental: -Tantos se han ido conforme contabas tus pasos.
No eres tú quien lo sabe ni el encargado de decirlo, es la turbia verdad que todos reconocen y se confiesan a ratos, en el vino de las vicarías o delante del cuaderno de las horas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario