Cuando el fundador de Ajoblanco calificó al régimen democrático de franquismo de partidos, creo que el acento del sintagma lo puso en lo primero, como licencia otorgada para que hubieran más que churras en el redil. No sé quién puede atreverse a pensar que el núcleo es lo segundo, el aparente complemento, en donde se queda enquistado -y más, hacia peor- la forma a priori heredada de lo primero. La cosa magna, cosa de atar bien.
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