Belisario Moroder, antiguo colega de farras de Espénglerez, sostiene que entre los clercs actuales hay una parte bien considerable de lobos de la camada del padrecito que no dudan en vestir el traje de la oveja Lucera, y que algunos de ellos han atravesado la discreta puerta que separa o conecta (según se mire) la urbe de la corte. Y aunque el aullido nos llegue envuelto en ecos de seda, haríamos bien en guardarnos, los del verdadero rebaño. A mí me da que los pronunciamientos de Moroder dependen no poco de la excesiva frecuentación del quinto evangelio, y de su feliz mixtura de magia y compasión.
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