Un sueño. Al visitarle, como tantas veces desde hacía años para pedirle este u otro consejo, de pie delante de él, sabiendo que aquel hombre sentado detrás de la mesa estaba muerto, le miró con piedad, pensando que no era ya de este mundo pero que él, el difunto, no lo sabía. Aunque la pasó por la cabeza que sí, que de alguna manera estaba al tanto.
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