¿Soporta el Lazarillo una traducción? Probablemente si. ¿El Buscón de Quevedo? No estoy nada seguro. Pero en El Buscón podemos reconocernos los españoles. Que suceda tal para nuestra de desgracia, no empece que barruntemos que la verdad de las repúblicas se sustenta en el lenguaje. No por magia, sino porque en el idioma cristaliza el ser y estar de las gentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario