19 de abril de 2013

Vino nuevo para viejos conceptos


Como me cuesta trabajo pensar, más que de costumbre, no puedo deshacerme de una pregunta: ¿a qué situación lógico-existencial conduce responsabilizar siempre a los demás de lo que uno mismo hace o padece? Me parece una aplicación psicológica muy de este tiempo del principio aristotélico-tomista de que todo lo que se mueve, en el mundo terrestre,  es movido por otro. Se conoce con el nombre de motivación, esta aplicación actual de la vieja idea, y responde a la consigna toda la gloria para los sujetos. Va por ahí, no me lo puedo explicar mejor, solamente lo intuyo…

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