5 de febrero de 2012

Vicios capitales

Esta atrincherada manía de los profesionales de la opinión de izquierdas por señalarnos a los mortales lo que nos conviene (en este caso los profesores somos víctimas prima facie de la reforma prevista de Wert) y por calificarnos como fascistas si protestamos en algo contra sus sabia dóxa (en este caso fascistas profesores, lo cual merece doble horca). ¿Tan difícil es comprender que no queremos, algunos, predicadores?

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