2 de diciembre de 2009

Frío

Dolores, aprensiones, desencantamiento: los dioses se retiran a descansar...

No les íbamos a ocupar nosotros su ser sin tiempo...

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Qué humano: mi único orgullo, mi humildad. Y no al revés. Porque siendo los elementos los mismos, la resultante sería muy otra.

Quiero decir que cuando tomo una decisión descreo de ella; y al no actuar, a lo cual conduce termodinámicamente el descreer, una pequeña verdad se me alcanza. Su negativo en mi persona.

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La desazón del cuerpo sufriente (del alma también, pero viene del cuerpo toda ella) del protagonista de Hambre de Hamsun (evidente es la identidad de personaje y persona; ¿me equivoco?), qué horror! Siempre sale, y por ello puede contarse en un libro, que viene a nosotros para desazonarnos en otro sentido: al cobrar conciencia de que al alma, aun olvidada del cuerpo, constantemente le falta algo. Aliento o espíritu. Creemos que el frío nos vuelve vivos, y lo que nos vuelve es secos. (Olvidados de todo fin imaginable.)

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