9 de abril de 2009

Apotegma de buena matina

Un país que denigra a sus maestros, los cuales lo sacan de la barbarie o el salvajismo enseñándole la lectoescritura con una tablilla y amor, metiéndole así en la historia, en la cual sus miembros, por separado y juntos, podrán desarrollar aquellas dotes racionales que la Naturaleza les dio, merece lo que le pase: decadencia, esclavitud o final. El tal es un país de cuervos.

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