2 de marzo de 2008

Impostura


La joven, que paseaba por el lado de un camino en el que aún no existía el peligro del tráfico automovilístico, constataba en su rostro la dulzura del aire; en sus oídos la alegría de los trinos; en su corazón la llegada cercana de la primavera, de lo que el sol le avisaba (cuando todavía, circa 1900, no estaban las terrazas de los bares para decir lo mismo de otra manera diferente).

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