Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
23 de octubre de 2016
De Federico a Federico
Poco después de que Nietzsche se comprara su máquina de escribir, un joven serio llamado Frederick Winslow Taylor llevó un cronómetro a la planta de producción que la Midvale Steel tenía en Filadelfia... (N. Carr, Superficiales, p. 183)
No hay comentarios:
Publicar un comentario