3 de mayo de 2016

Mis cavernas

Le conté al Dr. Nitche mi sueño. No podía andar. Arrastraba una cadena al cabo de la cual debía haber una bola muy pesada. Así al menos se representan a los prisioneros. Al volverme vi, esa era la razón, a una especie de diablo que tiraba de mí. Soy tu pasado, creí que me decía. Nadie se libra de su peso. Ya puedes arrojar tus relojes, o hacerlos girar hacia atrás. En realidad, tampoco existo, seguía hablándome. Soy tú, que no te queda más remedio que reconocer la verdad. Aunque sea proyectándote en un sueño.

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