Mientras los griegos votan –vomitan- su angustia como un castigo de Europa a su alegría de vivir, hojeo este libro /de H. Miller sobre su visita a L. Durrell/ y estas cartas y comprendo que la envidia está extendida por el viejo continente y también por el nuevo, para qué engañarnos. Porque si algo supieron hacer los griegos fue vivir como dioses. Al día. Cada día un poco. Lo justo. Para qué más. Y esto jamás lo entenderán sus prestamistas. (I. Carrión)
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
7 de julio de 2015
Hélas!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario