29 de julio de 2011

Trascendental del Diario

Un Diario valdrá si es un desgraciado quien lo escribe. Un desgraciado íntimo. Da igual el triunfo externo. Se pueden haber ganado millones durante el día y pensar por la noche, cuando a nadie hay que engañar y el juicio valorativo asoma por los resquicios de una conciencia desarmada, que uno vale más muerto que vivo. Como me pasó a mí el otro día, hasta que soñé con la mano que me despertaba.

¿Ego fingo hypotheses?

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