Por la intensidad y la duración de la represión, por la humillación a través de ideas y prácticas, nos condenamos a no ser en la historia, a disgregarnos en próximos futuros. Bastará una lengua diferente para marcar distancia, para estimar extraño un lugar común con tanta saña. Patria, sí, pero no esta. La astucia del prócer debía conocerlo, y de ahí sus gestos con aquellos de la lengua proscrita.
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