No se trata de algo tan necio o infantil como que reescribiendo la historia se vaya a ganar o compensar algo. Los hechos fueron los que fueron. Lo trágico es que de algo así, del mundo de la muerte, no se vuelve a la vida, y así hay países que quedan sentenciados. 

No hace falta colorear sucesos de la época. Quien tenga una imaginación viva no precisa de otra cosa que de la sobriedad del texto..