Heridas y cicatrices, torpes metáforas para nombrar la sensación acumulada de la derrota. Propia y ajena, aunque no sé a qué distancia empieza lo ajeno.
La memoria se fija en esos torpes instrumentos, las palabras, para resarcir del frío, de las casas desoladas. Será el espíritu este soplo que cancela espacios y tiempos, diferencias
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