12 de marzo de 2012

Albaycín, barrio señero

Por lo visto en ciertos Ayuntamientos se considera la muerte natural o la guetización de los habitantes de las zonas de interés turístico como una medida ajustada a las conveniencias de ese sector económico. Así la vida cotidiana, tan vulgar, no mermará el tipismo que ha venido buscando el ciudadano anglogermánico o nipón. El munícipe, a su turno, justificará su actuación como político que debe rendir cuentas a la libre empresa. A los vecinos, que les vayan dando ración de olvido. Aquí, lo que cuenta Juan Francisco Romero, uno de los líderes vecinales de la revuelta cívica albaicinera.

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