Escribía lo siguiente, al rechazar, en 1952, la presidencia del Estado de Israel: "Toda mi vida he tratado con asuntos objetivos, por consiguiente carezco tanto de aptitud natural como de experiencia para tratar propiamente con personas y para desempeñar funciones oficiales." (Sánchez Ron, El poder de la ciencia, Crítica, 2007, p. 401; cursiva mía.)
Ideal. Para un cínico soft.
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