24 de julio de 2010

Érase una vez

¿Qué nos dice todo esto sobre el origen del Universo? Si las galaxias se están alejando unas de otras, entonces antaño deben de haber estado más cerca. Para ser específicos, si su velocidad ha sido constante, entonces el tiempo que todo par de galaxias ha necesitado para llegar a su separación actual es exactamente la distancia actual entre ellas dividida por su velocidad relativa. Pero con una velocidad que es proporcional a su separación actual, ese tiempo es el mismo para todo par de galaxias: ¡en el pasado deben haber estado todas unidas en el mismo tiempo! Si asignamos a la constante de Hubble el valor de 15 kilómetros por segundo por millón de años-luz, el tiempo en que las galaxias comenzaron a separarse será un millón de años-luz dividido por 15 kilómetros por segundo, o sea 20 mil millones de años. A la «edad» calculada de este modo la llamaremos el «tiempo de expansión característico»; sencillamente es el recíproco de la constante de Hubble. La edad verdadera del Universo es realmente menor que el tiempo de expansión característico, porque, como veremos, las galaxias no se han movido a velocidades constantes, sino que éstas han disminuido por influencia de su mutua gravitación. Por lo tanto, si la constante de Hubble es de 15 kilómetros por segundo por millón de años-luz, la edad del Universo debe ser inferior a los 20.000 millones de años. (S. Weinberg, Los tres primeros minutos del universo, Alianza, 1978, pp. 33-34)

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