13 de julio de 2010

Animadversión

Sostenía Trapiello una pequeña maldad acerca de los Diarios de un conocido intelectual y referente ético (comunista, Premio Nobel). En ellos era un gran personaje, consciente de sus méritos, el que escribía. Los grandes Diarios, sin embargo, dependen de que el diarista se vea como el último ratón o el más pequeño de los hombres (¿a la inversa?). Tampoco, creo yo, hay que tomar prestado el título de una obra constante de Valéry. Si no es por esa grandeza asumida. Ps. (25/3/13): Los Cuadernos, supongo. Me cuesta recordar el sentido o la intención de lo que escribí.

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