14 de mayo de 2009

Bernanos

Al inicio de Los grandes cementerios bajo la luna, que sospecho más citado que leído (y reeditado ahora por Lumen), el escritor católico francés se arroja como un panfletario mayor contra la imbécil modernidad de las clases medias, cuyo sentido progresivo no (les) impide que se arrojen como corderos a la degollina, materia de la máquina de matar (complemento de la industria). Una imbecilidad que está a la espera del máximo logro del progreso, el que impide el dolor mayor, el procedente de la reflexión. Esto es, la Máquina de pensar. Parece que Georges Bernanos, que murió en 1948, y que escribió Los grandes cementerios... una década antes, está pensando en nuestra civilización informacional (que piensen ellos, los PC´s) y en esta vaciedad criminal aplaudida que se confunde con una mejora.

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Volver a la infancia: imposibilidad termodinámica, ley segunda. El agua del río no remonta hacia la montaña.

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