27 de febrero de 2009

von Chamisso

(No Chamiso)

El libro en scribd. Con una introd. de Th. Mann.

Incluso el amo debe tener cualificaciones humanas para ser merecedor de su siervo… El señor tiene que tener sus virtudes, sus perfecciones… Cualquier dios, o a la manera de dios, debe convenir en esto.

No es la sombra el alma: o es la sombra nada más que el alma mortal, la responsabilidad de la libertad y la conciencia en un cuerpo… La posesión de un espíritu, no el inmortal o religioso, sino como un ornato, como lo de ser un homme d´esprit.

No es la sombra lo mismo que el alma, puesto que el diablo devuelve la primera (para esta vida) a cambio de la segunda ( para la vida eterna supuesta). ¿Se está negociando el ateísmo, a través del planteamiento de un contrato imposible?

El diablo no las tiene todas consigo, debe forzar persuasivamente la situación. Filosóficamente incluso: como cuando acompaña a Peter Sch. en su periplo de fuga (¿final?) a través de la montaña (= abandono de la sociedad humana) y le coloca un sistema metafísico bien cimentado, a la manera cartesiana o idealista, que a Peter le parece un castillo en el aire, una telaraña sin alma...

La sombra, la fama. La honra, quizás. El nombre...

Un divertimento en torno a esta X que hay que despejar, un trabajo en el que cada cual, al proyectar su interpretación personalísima, se declara en lo que es, y proyecta... su sombra, la propia. ¿Por qué no va a ser la interpretación luz, por humilde que sea?

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