(EM)
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
AE en EM:
Detrás del coche autónomo, como detrás de la histeria rural ante las pantallas, está el temor capellanesco de ser gobernados por máquinas. Pero en la decisión de la política de obstaculizar y prohibir hay algo añadido. Innovar requiere concentración, estudio, trabajo. Y la autonomía política de la pereza es innegociable.
Circulan los libros por medio de las casas y a través de las calles y épocas, o quizás sea a la inversa y yo no tengo manera de saberlo... (El comercio y las luces deben seguir, así nacen los caminos que juntan pueblos y generaciones.)
Escribimos en los márgenes como quien lanza una botella al mar, desconfiando de los hombres, y leyendo con la esperanza del tiempo. No se es nadie, fuera de los márgenes de esta revista que se llenan con trazos nerviosos.
Surgen así las sociedades criminales como parodias de la situación general política y social, y viceversa. (Enzensberger, Política y delito, p. 29)
¿De dónde procede esa íntima satisfacción al culminar tareas rutinarias e irreflexivas? Quizás de nuestras obligaciones hacia los seres humanos, o de la ilusión de que nos vamos a dedicar a algo más provechoso. Así, por ejemplo, pergeñar un documento burocrático obligatorio lleva al sujeto desde el tedio o la molicie, dos formas de la vanidad, a las cimas surreales de la escritura automática, con buenos réditos para el logos que supervisa todo.
En su opinión, «con sus defectos, fue un gran triunfo, pues por primera vez en la historia un régimen autoritario bien establecido se transformaba en una democracia pacíficamente, sin guerra ni invasión extranjera. Creó un modelo español de transición a la democracia», explicaba. «Ahora se pone en cuestión la Transición y el «régimen del 78», señalaba. (Palabra de S. Payne, en La viz de G.)
Semana ingrata, y sé que tiene más de un sentido el adjetivo. Pienso en gratitud y agrado, en sus contrarios.
Leo con placer a Arendt.
... las instituciones son los moldes que una sociedad memoriosa y prudente ha decantado a lo largo del tiempo para prevenir la humana imperfección del gobernante y proteger la sagrada libertad del ciudadano. Una democracia no es el sistema que veda el acceso al poder de los malos: es el que pone límites temporales y competenciales a su capacidad destructiva. (J. Bustos, en EM)
Hace medio siglo murió el dictador y lo sucedió un rey absoluto. Tres años después, se aprobó una constitución que declaraba soberano al pueblo y hacía de la corona, vaciada de potestades, un símbolo. (J. Gomá, "Revolución española", en EM. Excelente.)
(Privado) ¿En qué momento leí yo Política y delito de Enzensberger? Agosto de 2019… Sé que lo cito, la p. 235, creo, pero no recuerdo las circunstancias de lectura, ni sé dónde está el libro, ni reconozco la portada. ¿Dónde estará? [Solucionado. Se cumple, again, que una vez vuelto a comprar el libro, el ejemplar traslibrado aparece. Esto es indefectible, inexorable, impepinable. Estos temas pertenecen a los protocolos de funcionamiento de la memoria, asunto obsesionante.]
... cuanto más éxito tenga un embustero y mayor sea el número de los convencidos, más probable es que acabe por creer sus propias mentiras. (HA, "La mentira en política")
Nuestros ilustrados fueron pocos, chocaron con la inercia, la pereza y la intransigencia de una sociedad muy sometida a la iglesia y a los privilegios, pero los hubo y son sumamente interesantes. (F. de Azúa, en TO)
¿Nuestros ilustrados son? Cuatro gatos.
Termino la AdFS de Semprún, soberano ajuste de cuentas con los dirigentes del PCE que le habían expulsado a las tinieblas extrapartido, a él y a Claudín, en 1964, ajuste efectuado allá por el 76/77, cuando la autoficción podía tener efectos y ser premiada con el Planeta. Todo ello acompañado por los oropeles del juego narratológico: tiempos, espacios, personajes.
Los modales curiles, pausados, la palabra lenta y segura pueden confundir, pero el uso del verbo preveer obliga a deshacer el encantamiento y pensar que estamos delante de un criminal.
(Leer novelas tiene consecuencias, y obliga a hacerse una idea propia del Támesis.)
Sueñan los empleados con una casa en el campo, junto a un río tranquilo y un bosque que no llega a infundir temor.
Dentro de la casa arde un fuego, cuando es el tiempo, a conveniencia del frío invernal y la lluvia que percute en el alféizar de la ventana, sin querer dañarnos.
Alguien lee poemas en un libro de páginas de papel resquebrajado, ensoñando épocas y ausencias, mirando a ratos la luz gris detrás de la ventana, a ratos las láminas de cuadros famosos que guardan los museos.
Quizás sería bueno que fuera en Oporto donde está la casa, y otro el río, o mejor Lisboa, otras aguas, y que el bendito reloj de arena llevara su curso al revés.
Detenido el presidente de la Diputación de Almería por la supuesta compra irregular de mascarillas (El País)
Es un no parar.
Una ciudad sin quioscos… ¿y qué vendrá después? ¿Desaparecerán los bares, las iglesias, los estancos? Mejor que inventen ya la ciudad sin personas y acabamos antes. (F. Savater, en TO)
El misterio es como el chiste: si se explica se destruye. (Al hilo de lo que escribe AT sobre el último libro de FS, hoy en El Mundo.)
Por cierto, agárrame esta mosca venenosa (hoy en El País):
La combinación de velocidad de escritura, estilo, instinto literario y valentía puso sobre la mesa la evidencia de que habíamos despreciado colectivamente la literatura fascista por fascista y no por ser mala literatura. Error. Las sucesivas ediciones han ido corrigiendo parte de la gracia originaria del libro, pero aquel primer acto de historiografía felizmente revisionista estará en la biografía más valiosa de Andrés Trapiello, y en el lado político, precisamente. Jordi Gracia
***
(El análisis es una rama de la medicina forense.)
Giramos, y al mismo entrar, en la zona de aparcamiento, veo un montón de parejas, ellas de blanco, como de boda o simulación de boda, y mezclados con ellas, gentes de uniforme y quiero creer que también de la iglesia. Pienso, el sueño no me lo impide, que Berlanga era un documentalista de lo más pedestre comparado con lo real que se nos presenta.
La autoridad no soporta la risa.
Lo que sí que aguanta muy bien es el verso ripioso encadenado. En honor de JS: su memoria no lo oculta. Pecar es humanísimo.
(La memoria es cura. Estructura que sostiene o constituye. Como base cerebral y como actividad autónoma.)
Llueve ahora, y ha llovido a lo largo de toda esta noche. Sin maldad, pero mantenido. La AdFS es un perfecto ajuste de cuentas, y un espejo para conocer a los nuevos profetas.
Al hilo de lo que escribe JS sobre Althusser y los filósofos de moda, "epigonales del marxismo universitario" (1977): que la policía te nomine como "este individuo" quiere decir que aún resta esperanza. Individuo como irreductible, átomo que no entra en los encadenamientos o encasillamientos del poder en sus innúmeros modos.
La confesión es un vuelco, un volcado, una revolución. Se debe estar preparado.
(Toda la envoltura es no ser. El ser es lo negro, agujero, abismo. Atracción fatal.)
Hacer un acopio decente de propiedad disponible para cada ser humano -no para expropiar, sino para diseminar la propiedad- supone disponer de algunas posibilidades para la libertad incluso bajo las inhumanas condiciones de la producción moderna. (Arendt, De la historia a la acción, p. 155)
A los locos les cabe y les alcanza para hacer la pregunta final. -¿Por qué me llamo María?, así interrogaba aquella por las calles y plazas del pueblo.
Comienzo la Autobiografía de F. S., un asunto pendiente. Narrador escindido, juego con los tiempos, fragmentación de la memoria. La fractura del yo es índice de ficción. Y un sentido buscado que, para una imposible plenitud, depende de esa pasada por la ficción. Relato de la experiencia y necesidad de la novela. O necesidad. El libro de J. S. fue Premio Planeta de novela en 1977. Otros tiempos. De ese momento se salta a otros anteriores, saltos generacionales orteguianos. 15 años en cada salto, aprox.
Magnífico es tener vástagos según el orden de la vida, y tanto lo sería tenerlos según el de las ideas.
El envenenamiento masivo de la política no se limita a los titulares de la conversación pública. Hubo otro ejemplo esta semana, y terrible. El llamado funeral de Valencia. No fue una ceremonia del dolor sino del odio. (AE, en El Mundo)
Nos está quedando una democracia como para enmarcar. Hemos llegado a un punto, como escribió Robert O. Paxton, en el que algunos vuelven a creer que la defensa del «paraíso» exige pisotear los derechos individuales, el procedimiento legal, e incluso la vergüenza. (J. Vilches, en The Objective)
Un lenguaje perfecto en su apertura es el que dispone nombres e infinitivos en una serie que al dar que pensar obliga a hacerlo. Pensar en las conexiones que fundamentan la proposición, el relato, el sentido.
Nada más que nombres y verbos separados por puntos.
Llevo días hablando con Ello, concediéndole cada vez más, cediendo lo mío. Despojado de todo, sé que al fin me miraré al espejo, y no sabré ya si es solamente Su razón la que me ensueña.
(Preferible es el silencio antes de la primera vez.)
Llueve. Aniversario de catástrofes. Vergüenza.
Me resultó antipático este hombre, siempre. Lo vi en presencia en 1999, en un curso en el norte. Lo veía seco y sobrado, y que quizás estuviera haciendo méritos ante B., el más grande. No hace falta nombrar, RL. Pero sucede que tenemos las mismas aficiones. Él no se acordará de mí. Tampoco fuimos presentados.
Siento que no debo dejarme llevar por prejuicios y apariencias.
Se comprende la manía a Sócrates: la ironía se confunde fácilmente con chulería. El tábano torpedea: su poner en cuestión inmoviliza lo que toca.
Después de huno, hotro. Templando ánimos.
En vista de ello SCuenca, desconsolado por la desunión de la izquierda, urge a un nuevo Frente Popular, y concluye: «Si Dimitrov saliera de su tumba, se quedaría espantado de que las cosas [la desunión en la izquierda] hayan llegado tan lejos. Urge una recomposición». (AT, en El Mundo)
El papel del filósofo, según Platón, consiste en despertar, criticar, incomodar y exhortar a los atenienses. (Dice B-Ch. H., Premio Princesa de Asturias; recogido en El País)
No escuchas, no memorizas y luego, cuando ya no tiene remedio, debes imaginar. (A propósito del último libro de J. Ll.)
Trabajo, Trapiello -que termino, queriendo que ese próspero viento o espíritu liberal aliente de nuevo entre nosotros-, aire de otoño.
¿Qué libro tomar ahora para obliterar memoria y pensamiento?
Lo que no entienden los edenistas es que si todo documento de cultura es un documento de barbarie, la recíproca, quizás por desgracia, es igualmente cierta: que un documento de barbarie puede constituir un documento de cultura.
S. Navajas recuerda, nos pide no olvidar, hoy en Ld a S. Paty, profesor francés asesinado por un integrista hace un lustro. No olvidemos.
Quebrantada claridad de los sueños: monumentos y poemas antiguos deben proceder de los dioses o de seres de otros mundos. (Casi nunca se tiene la voluntad precisa para levantarse y anotar lo que viene de los sueños o sus intersticios.)
En otro episodio dispongo en la amplia terraza tres estanterías de libros bien colmadas, hasta que me doy cuenta de que el cielo está nublado y del peligro.
Mal tiempo, malos tiempos. Lo primero se pasa.
Entretenimientos nacionales: pim pam pum vs. LGM, poeta señalado.
Así titulan el mismo hecho, respective, EP y EM. Es de reseñar que, según el primero, los altercados estaban atados, como en potencia aristotélica, hasta que una causa agente ultra quitó el nudo. (Es evidente que el aristotelismo cambia de signo o sentido en el titular de enfrente. Violento modo, rompiendo con el cambio según telos o divino imperar.)
Indecisiones. Paraísos del interior o del exterior. Pero no mucho, la hybris sobra. La acotación define el espacio de la libertad posible. En demasía, ni el sueño.
El socialismo real fue la visión primera del iliberalismo utópico, un ensayo mortal de una tanatología científica.
En M., gran cansancio. Hasta en los trayectos hay rutinas y se precisa parar.
Pienso al mínimo. Quiero decir que rescato de lo que vivo nada, un suspiro, en el fondo el milagro de estar.
Si un autor, como el último Nobel, es recomendado por Sebald o Sontag, eso es chantaje cultural.
En el viaje todo son prisas. Luego, al calor de la lumbre podremos depurar la experiencia.
Salimos de G., la de vívidos colores.
Personajes nefastos: mendaces, cínicos y malvados, absolutamente carentes de elegancia, a los que alguna vez votamos. En concreto uno no tiene la disculpa de ser necio del todo.
R. existe, poco más se puede decir, aparte de la obligación de la vuelta.
Creo que en realidad la única obra que cabe dejar es la de algún buen recuerdo.
Una ocurrencia infantil: una escalera a la nada. El niño la aplica a lo concreto. Pero, parafraseando a uno: ¡Abstráigase!
Tantos años después, en otra parte, el olor del periódico recobrado. La juventud, no. Ahora lo que toca son las preocupaciones y angustias del padre de familia. El yo no importa.
Estuve allí, y no vi a Bob. Ni siquiera pude acercarme, del gentío.
Lo dijo Castellio contra Calvino. ¿Qué se puede añadir? Ni la defensa de ni la liberación de pueden subsumir el crimen de un inocente. Si los inocentes mueren debe ser según decreto, si bien incomprensible, del dios o la naturaleza.
Isla de C. Bellas vistas desde fuera y desde el interior. El mar siempre es agradecido para las postales.
El lenguaje es ocultación de la verdad, un embeleco, un ansiolítico para la culpa obsesionante.
Lo único auténtico es la piedad filial, [la proyección retrospectiva* de imposibilidades,] la memoria.
*¿Retroyección prospectiva? Ficciones terminológicas exculpatorias, finalmente, desviaciones del camino hacia el saber del ser de uno mismo, como meta de aristotélica infelicidad.
B., pendientes de salir. Ya salimos. De noche, in medias res. Torpe como ninguno cuando se cambia de hábitat, como individuo de una especie puramente inercial. Torpe e incapaz hasta la vecindad del ataque. Después, pues se sobrelleva el día, vegetando como todos.
Miro por la ventana a este hermoso lugar donde la maldad ejecutó el crimen, sin que se descarte que la necedad lo permitiera.
(La mochila) Tres libros: el último, biográfico-intelectual de A. T., una reedición de A. E., y el que dedica J. Ll. a su padre en el frente, viaje en la memoria y memoria en el viaje.
No hace falta cárcel ni censura oficial: basta con el escarnio para que la gente se discipline sola. Y lo peor es la tentación de acostumbrarse. De aceptar que esto es normal, que forma parte del paisaje. Es entonces cuando la democracia empieza a morir: no de un golpe, sino por la suma de las miles de cobardías diarias. (G. Sánchez, en The Objective)
Trayectos.
(Autoficciones) Me obligo a pensar, a raíz de una conversación escuchada en el tren, ¡lo que engañan las apariencias!, en la ligazón entre el compromiso ético-epistémico de la primera persona narrativa y el efecto de persuasión en el lector, ganado para la historia relatada y obligado a participar en ella. No obstante, dejo mi tarea para mañana.
1 de octubre.
Una de las investigaciones, otra más, que no haré (demasiado perro, demasiado diletante, demasiado torpe), entre las que se incluye también esta misma naturalmente ("Investigaciones que no haré"), es la que debería dedicar al tema "Libros y moral en la novela policíaca contemporánea". Como quien no quiere olvidar, lo mismo el autor que el lector, ni superestructuras ni superyos.
Entretenido con minucias lógicas que ni se me dan especialmente bien ni tampoco es que me importen demasiado.
Nos distinguimos los españoles entre los que amamos Lisboa, y por extensión a Portugal, y los que aún no se han dado cuenta.
(Luego está la andanada nuestra de cada día versus los boomers, esos malvados que se sientan al sol en los parques, oteando recuerdos de pasadas esperanzas. ¡Qué sencillo es plantearles a los necios una diana! Pavlovismo político. )
Una vez desaparecido el capitalismo, supuesto origen de todos los males, la persistencia de los problemas solo podía explicarse por la existencia de traidores, tibios, infiltrados. Y así, la política moralizada degeneró en persecución. Se pasó de transformar las condiciones sociales a forjar hombres nuevos. La ingeniería institucional dio paso a la ingeniería del alma. La solución ya no era política, sino pedagógica: había que reeducar a los culpables. La paradoja trágica del moralismo político: cuando fracasa, no rectifica, castiga. (F. Ovejero, en El Mundo)
Las dos primeras entregas corresponden a Platón y David Hume. El volumen dedicado al griego es más delgado y con un papel de peor calidad, infima diría, y arrugado. El del escocés plantea en la contraportada la cuestión del desacuerdo entre los fenómenos y de estos con la verdad, un asunto que sé que concierne a la comprensión del mundo de la física moderna y por eso debo anotarlo aquí.
La capacidad para saber qué se quería decir y de decirlo con el mínimo de palabras adecuadas es tan poco corriente entre los policías como entre los demás elementos de la sociedad. (P. D. James, MpR, p. 73)
Logos sintético. Donde dice policía, léase homo theoricus.
Es verdad que algo se mueve: el tema ha saltado a esas tertulias oficialistas donde se nos advierte que enfrentar a abuelos y nietos constituye una grave irresponsabilidad. ¡Argumentos pueriles en la democracia sentimental! (M. A. M., en El Mundo)
Pueriles, dixit.
Éramos pocos y acabamos de parir el babyboomer expiatorio. Ninguna polis se sostiene si no es por el civismo, la concordia, la amistad y el vínculo entre los que van saliendo y los que van entrando. O a lo peor sí se sostiene.
Aparte, los inquietantes incidentes de vuelo en el norte. A ver si alguien se equivoca.
El mundo se divide entre quienes señalan a los babyboomers y los que piensan. Estos últimos no se suelen conformar con datos precocinados.
De la lucha de clases a la de géneros, y ahora la lucha de generaciones. El metal, claro. Envilenciendo transversalmente al burro como al gran profesor (que así se autodenigra y empapuza en el fango). Señalando al boomer - que no puede disimularlo en su cara arrugada- como causa universal del mal, pensionista ladrón asesino de mis esperanzas. Artículos y libros que encrespan a hijos contra padres. Edipismo de alcornocal facilitado por las escasas luces y lecturas y la mucha poca vergüenza.
...me sigue pareciendo, contra la evidencia que nos acosa y nos agobia, que la imaginación dedicada de los otros no es un ocio de desocupados (o de novelistas), sino también una forma de construir ciudadanía que ha sido creadora de igualdad y de justicia desde siempre, o por lo menos desde ese pasado no tan remoto en que inventábamos este mundo a cuya meticulosa destrucción asistimos ahora. Esas viejas invenciones —la democracia, pongamos por caso, o los derechos humanos— fueron una vez ficciones sin asidero, relatos imaginarios, y a partir de cierto momento nos pusimos casi todos de acuerdo en adoptarlos. Tal vez esas ficciones han perdido fuelle, sí. El problema es que no tenemos imaginación suficiente para reemplazarlas por otras. (J. G. Vásquez, El País)
...inevitable es la creciente crispación, observable en las redes sociales y la transformación de comentarios y debates, desde el anonimato, en auténticas exhibiciones de navajeros. Nada de críticas y discusiones argumentadas: descalificación y basta. El Gobierno es el primero en practicarlo para evitar la puesta en cuestión de sus ucases. El sentido primario de la democracia, desde Atenas, con la participación del ciudadano en las decisiones (isonomía) y la libre información y discusión de las leyes (isegoría), ha desaparecido. Al igual que sucede a escala mundial, impera la stasis, una situación de guerra civil latente, anuncio de cosas peores. (De la columna de A. Elorza citada supra)
De la desgracia, la muerte y el crimen exterior fabricamos nuestra desgracia interior, y nos convertimos en israelófilos y palestinófilos.
Wind river, salvaje y bello. Moral de western, valores profundos. Piedad e inclemencia con el mal.
La distopía de un orden de control y vigilancia universales, anticipada en el pasado siglo por George Orwell o Ray Bradbury, es ya casi una realidad en la China de Xi Jinping y se presenta como un proyecto en avanzada fase de realización en la América de Trump, con el programa Stargate de Larry Ellison. Todos los ciudadanos estarían dotados de cámaras imposibles de apagar, las cuales transmitirían las imágenes a un «cuartel general», a fin de ser finalmente procesadas por un sistema estatal de inteligencia artificial. «Los ciudadanos se comportarán mejor, porque registramos y reportamos todo lo que sucede» (Ellison, citado por Le Grand Continent, 13 de este mes). Convergen así en la supresión de la libertad el poscomunismo chino y un megacapitalismo impulsado por la tecnología revolucionaria de Silicon Valley. (A. Elorza, en The Objective)
El esperpento es un género de literatura realista. Basta asomarse a los titulares y las imágenes del día.
Sus adversarios políticos llevan defendiendo durante décadas cambiar la legislación que ha permitido que ocurriera su asesinato. Si su asesino no hubiera podido adquirir un rifle de francotirador con 22 años, Charlie Kirk seguiría vivo. Y sus adversarios podrían haber seguido debatiendo con él de manera civilizada. (R. Dudda, en The Objective)
Ironías sangrientas, sí.
Quien no llora no es hombre digno.
Se conoce lo mejor de uno cuando recuerda sus lamentos, no las acciones ni la culpa ni la vergüenza que ocasionan. El objeto de esta última oscila, entre uno mismo y los demás, pertenece a las épocas de la vida, atravesándolas todas.
Las lágrimas son propias, intransferibles, verdaderas, ajenas al tiempo. En la carne el amor inventa su infinito, como sabemos.
...todos los que no comulgamos con sus ideas, desde el liberalismo hasta el conservadurismo, somos fascistas y, por tanto, se nos puede destruir, ya sea mediante una bala o una calumnia. (S. Navajas, en Ld)
Pues sí, la superioridad inmoral.
Comentarios escolares de Aristóteles, productos de consumo con los que se aprende. PD James: buscar la ética en los productos literarios de quiosco, calificados. Pendiente su Diario/autobiografía de 1997/98. Debo releer Señora de rojo...
Trabajos de modesto comentador.
Últimamente mayor desconcentración al leer. Días en los que no se da para otra cosa que para un autoinforme clínico.
Los jóvenes viajan al extranjero, y a mí una hora de coche se me antoja una travesía atemporal.
Ni conviene fiarse de las reseñas. No estaba tan mal el sitio.
El futuro sospechado (prospectado) por A. Gala hace más de treinta años (visto en Marca):
Folletos para saber cómo se tiene éxito, cómo conquistar a una mujer, cómo se divierte uno más (...) Las relaciones serán muy aburridas y la inteligencia natural será sustituida por inteligencias artificiales que les ayudarán, no a conseguir la felicidad, sino a pasar el tiempo.
Está la semántica, el diccionario, la mente... Luego el texto, ejecución del lenguaje. En sí de la palabra, inmanencia.
Sin embargo:
La posterioridad del texto es una figura de conveniencia. Siempre estuvo ahí, en la copresencia de los hablantes. Porque hay polis hay lenguaje, y no al revés.
Más de una hora tratando con el absurdo de la ambición de representar, la representación vanidosa. Por fortuna ya ha pasado y puedo volver a la novela policial.
Variación escasa sobre algo oído en la tertulia televisiva: Libres de los límites de la teología (desterrados los dioses), los gobernantes se creerán los nuevos dioses, eternos por lo tanto.
Veo por ahí un par de reseñas sobre y recomendando Stoner, entre ellas una del académico decrecentista (según los infundios de rigor). Y como no tengo memoria pero sí archivo, y como me sonaba la portada, compruebo que debí leerlo en agosto de 2016... ¿Dónde estará el ejemplar? (Me preocupo, algo.)
No es el camino. Formas de protesta contraproducentes.
La imágenes de la guerra son abominables. Un crimen horrendo.
Clase media es disponer de una residencia principal en la ciudad, otra segunda vivienda en la playa o la montaña, viajar al extranjero un par de veces al año, comer o cenar fuera con relativa frecuencia y cambiar el coche antes de los 100.000 kilómetros, además de mandar a los niños a Irlanda durante el verano para que se vayan soltando con lo del inglés. La auténtica clase media es eso. Y si no llega a ser eso del todo, tendría que tender a acercarse mucho, cada vez más. (JGD, en The Objective)
Pero en mi modesta opinión eso nunca ha sido la clase media, sino su ensoñación.
La torre negra: El exceso de adjetivos nubla el mensaje. Aunque adoramos a PD.
Normalidad y anormalidad, deber, responsabilidad, alienación, septiembre. La vergüenza me impide resolver.
Termino Ritmo lento, un libro espléndido. Espejo magnífico del ser social por medio de la figura del individuo que dice no al teatro humano. Fuera del teatro nada más que la locura.
De vuelta, se aproxima septiembre, con sus incertezas. Por supuesto que no se ha cumplido con los planes de lectura, de escritura no digamos, aunque algo se ha podido ver y pensar por el camino (lo personal aparte).
Retomo Ritmo lento de C. M. G., que cada vez me gusta más. Ayer compré en el Santuario, en un rastrillo de libros, un monográfico de Cuadernos Hispanoamericanos dedicado a Galdós, c. 1970. Galdós, Santuario. Con lo que él era. Esta noche, en la playa, uno de Santos Juliá, compilación de ensayos, creo, sobre la España del XX.
Como hipótesis, la idea de que los textos autoficcionales representen o puedan ser leídos como historias de vida posibles muestra una apariencia trivial, como una manifestación perteneciente al campo estéril de los juicios analíticos. Más, si cabe, si entendemos que una novela traza historias o biografías posibles, o por lo menos tranches biographiques; que a la autonovelación solo le cumple la modificación de la referencia de los enunciados, el foco puesto en un self que se auto(d)enuncia flexible, inventiva, imaginativamente.
Sin embargo, conocemos la crisis de la distinción entre analítico y sintético, la domática cuestionada (Quine). La inclusión del predicado "historia de vida posible" en la definición del sujeto textual autoficticio acaece por la vía de unos hechos tan diversos como las ontologías que los presiden e iluminan.
Puedo comparar, baconianamente, lo que me revelan el texto A y el texto B acerca de los ejes antropológicos kantianos: conocimiento, acción, esperanza. O con relación a los tópicos orteguianos acerca de la vida, radical realidad histórica y narrativamente concebida, alumbrada. Así ad líbitum.
Los mundos abiertos por M. Delibes y J. Marías no pueden ser mas disímiles, de partida, al respecto. En el primer caso, el conocimiento profundo de la función integradora de una personalidad concreta dentro de la familia, los signos detallados de la enfermedad y la muerte, abocan a una cancelación de la acción y una desesperanza radical, dejando el recuerdo piadoso como vía única de un imposible escape. El cuadro en rojo, figura de la esencia vital narrada, convoca, more Wilde, la única salvación y eternidad material. Ello acompañando el proceso de declive físico. En el caso de la novela oxoniense de J. Marías, es un conocimiento de superficie en la trama de relaciones social y académicamente ritualizadas lo que se entrega a nuestra lectura, pero tampoco es que conduzca a un lugar muy diferente del recuerdo de lo sido, para lo cual lo indicado es cortar amarras y liberar la escritura...
Así acontece con los sueños de los seres.
El cerebro es una polilla condenada a la luz. Si asi lo quieres: una mariposa ordenada al fuego.
(En lo que se debe ser claro el músculo se vuelve rígido. A cambio efectúa mil movimientos inútiles. Un cuerpo más util para protocolos e informes que para desvelar verdades.)
El que se declara antiPedro, no hace, traduciendo su actitud a lenguaje positivo, más que declararse partidario de un mundo donde Pedro no exista. Pero esto es precisamente lo que acontecía al mundo cuando aún no había nacido Pedro. El antipedrista, en vez de colocarse después de Pedro, se coloca antes y retrotrae toda la película a la situación pasada, al cabo de la cual está inexorablemente la reaparición de Pedro.
Pero, téngase en cuenta:
Les pasa, pues, a todos estos anti, lo que, según la leyenda, a Confucio. El cual nació, naturalmente, después que su padre; pero, ¡diablo!, nació ya con ochenta años, mientras su progenitor no tenía mas que treinta. Todo anti no es más que un simple y hueco no. (Ortega, La rebelión de las masas)
Poder, riqueza, conciencia (valores), explotación: categorías básicas de análisis social. Cada cual podrá poner el foco en una u otra, pero son las elementales. (Vid. JF Marsal.)
¿Qué mayor empeño, e imposible, que la pretensión de entender, al fin, el tiempo de la vida de uno mismo? (Relatos ajenos, imágenes y músicas, y confesión propia activada por la memoria son instrumentos para este objetivo, acogidos por una voluntad contemplativa e impotente, amante de su derrota.)
Al fanático le quema el talante huidizo de las palabras. En el ser no cabe ningún no ser. Sofistas y aristotélicos, uno y lo mismo.
Manuel Kant en los infiernos. Kant como mero signo de la suma contrariedad, mensajero que huye mirando fijamente, arrastrado.
Si exilios e insilios posen su propia eticidad (moral + fundamentación), el sistema punitivo de la dictadura española representa el reverso radical.
Un único mandato: haz a los demás todo el mal posible, y finge que es por un bien mayor, inmaterial y teológico.
La antieticidad de pesadilla bloquea la posibilidad futura de esos Estados.
Soñar con despejamientos debe estar relacionado con el descubrimiento de esta imposibilidad muy real. ¿Qué esperanza cabe tras una pesadilla realizada?
Arqueología y astronomía, ciencias literarias. Esto es, con relación a la materia del universo, el tiempo, necesitamos servirnos de figuras en el pensamiento. Inteligir es recrear imaginativamente, no renunciar a las mentiras, pías o no, por lo menos no renunciar hasta que unas mentiras más poderosas sustituyan a las vigentes.
(El Mundo)
Magia: La solución de un problema es el problema solucionado.
Aquello de: Un camello es un caballo creado por un comité.
Soñar con una palabra alemana, que significa apertura, despejamiento. Condición de la vida ética y política, vinculada esa palabra a otro término perdido, también legitimador de cosas importantes. Soñar es por entregas, donde se va desvaneciendo el sentido prístino de voces y consecuencias. Quizás la recurrencia ideológica suceda en los intersticios del sueño, donde se apercibe la obligación imposible de recordar por la mañana, pues el sujeto guarda memoria de sucesos parecidos. Seguro que es así. Ahora solo queda la palabra, que no me atrevo a decir, sin los mundos y sus modos que abría.
La precariedad de los bomberos forestales que apagan España: "Tenemos gente sin experiencia; les dan un curso de cuatro horas y les mandan a apagar un incendio" (El Mundo)
La patria es la infancia, dicen que decía Baudelaire.
***
(Bagatelas & variaciones, fenomenologías) Yo soy yo y el mundo de lo dado por supuesto.
Cuéntalo tú y cuéntalo a otros.
Castilla y León'Peones' en primera línea contra el fuego por una lata de sardinas, "pan duro" y 1.100 euros de una empresa pública (En El Mundo)
Sigo con el excelente libro de Chaves Amieva, Imágenes cautivas, resultado de su investigación doctoral. Me sirve para arraigarme en la opinión de que no tenemos remedio, que un pueblo en que la mitad de la población machaca a la otra, sin resquicios de humanidad, no va a ninguna parte, es historia muerta.
Otros: JF Marsal es una vieja querencia, las historias de vida. Cuenta él, cuenta de los otros y cuentan los otros. El tema, en suma, nuestra identidad, la figura desgarrada del homo hispanicus. En estos viejos textos de los 60 y 70 la inteligencia se nos da fresca y sin los compromisos del día, de nuestros días infaustos.
España arde. Luego está la impúdica actuación de presuntos hombres públicos, así como de sus mediadores, y por contraste el sacrificio valeroso de los hombres comunes, nada comunes. La vergüenza contra el heroísmo.
Pienso que el amor entre los hombres es una de las mayores realizaciones y la revolución la expresión máxima del amor aunque tenga que pasar por fases traumáticas de violencia revolucionaria. (C. París, citado por JFM, Pensar bajo el franquismo, 1979, p. 216)
No le compro ese amor. Las conversiones del falangismo al marxismo parecen inversiones, pero la dirección la misma, y no me gusta.
El sentido no está en el archivo. El sentido se origina y se mantiene con el trabajo de la memoria sobre el documento. No se puede decir que yo sea mis recuerdos fijados - papel, audio o vídeo dan igual- sino una memoria agente.
1. No tengo claro que con la edad se tengan - se adquieran o se perfeccionen si ya los hay- mayores sentimientos de tolerancia o clemencia, antes bien lo contrario. Pero una comprensión de que el pecado, traducido secularmente, revela una verdad profunda acerca de los seres humanos debería conducirme a creer lo contrario. (No digo pensar: hace mucho, y más últimamente, me considero indigno o incapaz de esa noble actividad definitoria de las esencias humana y divina.)
2. Ningún Estado sobrevive a una guerra civil, a la suspensión de una mínima ética, una decencia piadosa y respeto a la dignidad del otro. La conclusión particular, para este país, la tengo clara, por lo menos hoy.
Vuelta al bochorno, con el ánimo que corresponde a quien ha perdido finalmente al último o penúltimo de sus referentes mayores. Dura ley de vida y muerte.
Veo nombres que se repiten, a lo largo de los años, a lo largo de los siglos. Entonces le doy un sentido concreto a la convicción - puro esquema o sospecha- de que se viene de muchos sitios y se va a ninguna parte. No sé si sentir piedad o callarme.
Intendencias vacacionales. JFM. Luego están las causas familiares graves: la edad, la demencia, lo inexorable. ¿A qué se apela?
...para la vida de cada dia, dame el plato en la mesa, cuatro pesetas en el bolsillo y libertad de expresión y de movimientos. (Un economista, ¿catalán?, optando por el perfectible capitalismo contra el utopismo, es un decir, socialista; lo cita Marsal, 1975)
Puesto que el sujeto habla, el sujeto es político. Véanse Arist. y Witt.
En el término "comunicación" comparecen los dos focos de la relacion: el homo orator y el homo socialis. Se comunica el ser humano (1) y, por ello, o en razón de ello, se comunica (2) (vive en común, establece relaciones sociales).
A falta de mar, buenos son los ríos para quien tiene la vocación de contemplar. Óptima su síntesis en el lago, donde descansa la ciudad y se hunde la música del órgano. Y en las plazas no hallarás un ciprés de sombra y sueño, nada más que plantas en los balcones.
***
Inútil una tabla de lecturas para el afectado de diletancia constante.
...el caso actual español es particularmente procedente para la indagación del cuerpo social todo mediante el sondeo de la parte más visible del iceberg ideológico que en toda sociedad lo constituyen los que hacen ideología por oficio, es decir, los intelectuales. (JF Marsal, SdP, p. 147, 1975)
Lo simpático del asunto (entonces, ¿para qué intelectuales?) es que los mismos ven en la URSS la "primacía en justicia social". En realidad me engaño yo, cuando no advierto que un profesional de la ideología lo es de la falsa conciencia, según los propios términos de la vulgata. Ahora y siempre.
Primero de mes. RSF. Algunos libros, mayormente de segundo uso, adquiridos en la capital: LG, Estatua...; JG, Coto vedado; JF Marsal, La sombra del poder; SF, La hija de la guerra...,; JM, EE UU en escorzo. También uno nuevo sobre arte y violencia politicacen en España, siglo XX.
Reproduzco un fragmento de un artículo de Julián Marías que he encontrado por ahí, y que viene que ni pintado (de La Vanguardia, en 1982):
Es menester crear un espacio político que excluya el enfrentamiento, que no se movilice contra nadie, que se afirme positivamente —con toda la energía necesaria— sin exclusiones ni agresiones. Tendrá que oponerse, claro está, a los que nieguen esa concordia, a los excluyentes, a los dispuestos a imponer al conjunto de la nación los deseos, las conveniencias o las manías de una porción de ella.
Ese espacio político es el que faltó en la República y con su ausencia la privó de estabilidad, la llevó en bandazos sucesivos de la izquierda a la derecha, de la derecha a la izquierda, de manera cada vez más excluyente y violenta, hasta la catástrofe final. En lugar de construir una sociedad en concordia, llena de diferencias creadoras, los partidos operaron una escisión del cuerpo social, ahogando en cada una de sus mitades las diferencias, con una clara tendencia a la homogeneización totalitaria. En tales condiciones, el bipartidismo propende a la formación de dos partidos únicos, cada uno de ellos con las taras de esa monstruosidad política de nuestra época.