Giramos, y al mismo entrar, en la zona de aparcamiento, veo un montón de parejas, ellas de blanco, como de boda o simulación de boda, y mezclados con ellas, gentes de uniforme y quiero creer que también de la iglesia. Pienso, el sueño no me lo impide, que Berlanga era un documentalista de lo más pedestre comparado con lo real que se nos presenta.
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