Si el capitalismo consiste en la organización del tiempo, en su gestión, apropiación, enajenación del alma y tal, entonces nada parece más congruente en ese camino del ser social que la figura del investigador que no respeta ninguna medida del descanso y el sueño.
[La moneda que tintinea es resultado (signo, factor) del desequilibrio en el cuerpo. El precio corresponde al desprecio, a la ascesis consecuente del flagelante.]
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