Termino Cartas persas. Montesquieu es un gran humorista, en ocasiones. Un visionario a veces, un ciego que no quiere ver en otras.
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Voy sumando títulos a la caja abscóndita de los libros perdidos: el de Duverger sobre lo vivo y lo que no en el marxismo.
Realmente no importa demasiado, cuando la sustancia es perder.
Desazona, sí, como tantas cosas idas.
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